'Salir segundo es malísimo, pero quedar afuera en primera fase es como descender'

  • Viernes, 10 de Julio de 2020 | Nacional

La Selección Argentina hace 34 años que no sale campeona del mundo y en todo ese tiempo el grado de decepción en los distintos torneos siempre estuvo acuerdo a la expectativa generada. En ese sentido, probablemente ningún golpe haya sido tan fuerte como el de 2002, cuando de la mano de Marcelo Bielsa, un equipo lleno de figuras como Gabriel Batistuta, Juan Sebastián Verón, Pablo Aimar y Ariel Ortega, entre otros, llegó a Corea-Japón como el gran candidato, pero se despidió en la primera ronda.

'Fue la peor decepción y es un tema que no me agrada para nada recordarlo. Fue lo peor que me pasó en el deporte, yo nunca me fui al descenso, pero me imagino que se asemeja bastante. En ese Mundial, quedamos afuera de los octavos de final por un gol', se lamentó Claudio Vivas, histórico ayudante del Loco, en diálogo con Fox Sports, aunque su recuerdo está un poco distorsionado porque dijo que clasificaban los mejores terceros y eso es erróneo. En ese Mundial, Argentina terminó en su grupo por detrás de Inglaterra y Suecia, y clasificados a los octavos.

Comparando lo que le tocó vivir a él, con las tres finales perdidas de manera consecutiva entre 2014 y 2016, manifestó: '¿La frustración desde que lado la medís? ¿Depende de salir campeón del mundo? Salir segundo es malísimo, pero es mucho mejor que quedar afuera en la primera fase. Yo creo que la frustración está totalmente exagerada porque hace 34 años que no salimos campeones del mundo, pero llegamos a las finales. No veo frustración, veo la impotencia de no ganar un campeonato, de perder por penales con Chile, que no te cobren el penal contra Alemania. Eso sí, pero muchas veces no comparto la opinión periodística en ese aspecto'.

Sobre el consenso casi unánime que generó el trabajo de Bielsa más allá del fracaso en el Mundial, Vivas opinó: 'Creo que los proyectos se van formando con las personas y los seres humanos, y nosotros pudimos lograr una continuidad en la que hubo una transición y un recambio generacional de futbolistas que, obviamente, afectó a algunos y a otros no, y que después fueron dando sus frutos y resultados con otros entrenadores. Hasta el día de hoy, algunos siguen siendo figuras'.