De acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de abril, una familia argentina necesita 828.158 pesos mensuales para no ser pobre, y al crecer 4,2 por ciento la canasta alimentaria, se necesitan 373.044 pesos para no ser indigente.
Estudios de la agencia de investigación de mercado y opinión pública Quiddity y la consultora Ágora, determinaron que los argentinos tienen la menor capacidad de ahorro en Sudamérica, como resultado de la fuerte caída del poder adquisitivo.
Un trabajo de la UADE señala que por la actualización de las tarifas de los servicios públicos, en marzo de este año la tarifa de electricidad representó el 21 por ciento de la canasta básica total. Este aumento ha puesto en jaque a los pequeños y medianos comercios, principalmente.
La conocida empresa de grifería FV suspendió a más de 700 empleados de su planta de Pilar, como consecuencia de la gran caída en las ventas. La medida, se extenderá, por ahora, durante tres meses.
En tanto, durante la noche del miércoles 22, el presidente de la Nación presentó en Luna Park, con acto-show político-¿musical?, su nuevo libro titulado «Capitalismo, Socialismo y la Trampa Neoclásica».
El jefe del Estado hizo su “espectacular” ingreso al son de “Panic Show” un tema de La Renga que, una vez en el escenario, cantó a viva y desafinadísima voz y con un verso adecuado a sus presuntos enemigos: “Hola a todos, yo soy el león,/ Rugió la bestia en medio de la avenida,/ Todos corrieron, sin entender,/ Panic show a plena luz del día,/ Por favor no huyan de mí,/ Yo soy el rey de un mundo perdido,/ Soy el rey y te destrozaré,/ Toda la casssta es mi apetito”.
El acto en el Luna Park se hizo porque, según Javier Milei, no se pudo realizar en la Feria del Libro. «Mi hermana está llevando a cabo esa negociación y hay un nivel de hostilidad hacia mi persona y nuestra gente que nos hace sospechar de que hay un intento de sabotear la presentación y hacerlo al estilo kirchnerista, de modo violento, no algo propio de la cultura”, señaló unos días antes.
Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, plateó otra cosa. «No existió tal hostilidad. El martes vinieron unas 20 o 25 personas en representación de la secretaría general de la Presidencia, de la Casa Militar, de la seguridad del Presidente y nos pusimos de acuerdo en todos los detalles para que él haga la presentación del libro en ese espacio (la pista central) que nosotros no tenemos contratado, pero que La Rural, según nos manifestaron, cedía sin problemas a Javier Milei».
A esto agregó: «Nos pidieron 5.000 entradas gratuitas para el acto. En principio, como presidente de la fundación no tengo facultades para dar 5.000 entradas de un domingo. Eso son 25 millones de pesos».
Milei a pleno con sus permanentes recursos propagandísticos, en este caso, victimizarse sin tener demasiado en cuenta la concordancia entre su discurso y la realidad.
¿Qué hay de su libro «Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica»? Como ocurrió con alguna de sus anteriores publicaciones, se lo acusó de plagio. O sea, digamos, una vez más choreó párrafos enteros de trabajos ajenos, que incorporó a sus textos sin citar la fuente.
La revista Noticias fue la que reveló que el primer mandatario argentino se afanó varios pasajes de «Demanda por dinero: Teoría, evidencia, resultados», un trabajo escrito en 2000 por los profesores asociados de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Verónica Mies y Raimundo Soto.
«El maestro del copy paste», lo llamaron allende los Andes.
Así los hechos, el vocero presidencial, Manuel Adorni, salió a negar lo publicado. “No hay ningún tipo de plagios, todo está enmarcado en la ley de propiedad intelectual”, dijo prácticamente dar la certeza de que Noticias estaba en lo cierto.La autopercepción presidencial
“La gira (por España) ha demostrado nuevamente que soy el máximo exponente de la libertad a nivel mundial, le guste a quien le guste”, le dijo a Jonatan Viale, en TN. “A donde voy es una sensación, de hecho soy el político más popular del mundo”, aseveró durante la entrevista con Luis Majul, en LN+. Megalomanía al palo y franco ascenso.
En 172 días de gestión, quince funcionarios del Ministerio de Casi Todo, que encabeza Sandra Pettovello, fueron echados o renunciaron. No todos fueron desplazados o dejaron la función por ineptos. El caso del secretario de Niñez, Adolescencia y Familia. Pablo de la Torre, por ejemplo, tuvo que ver con la lamentable retención, por parte del Gobierno, de 5 millones de kilos de alimentos, destinados a comedores sociales.
Denunciada esta situación por Victoria Tolosa paz, ministra de Desarrollo Social de Alberto Fernández, un comunicado oficial un comunicado advirtió que «el 60 por ciento de los productos es yerba mate» y que «corresponden a paquetes pertenecientes a una contratación irregular que realizó la gestión anterior y se encuentra bajo una auditoría».
“Es una cosa repugnante que haya millones de kilos de alimentos acá a unos metros y acá atrás a unos metros haya ollas populares vacías y gente que pasa hambre”, expresó Juan Grabois, con lo cual el asunto fue para el Gobierno una operación del kirchnerismo.
“No entro en las razones por las que están guardados, pero pienso que en un tiempo de emergencia alimentaria esto debe llamarnos a la reflexión”, manifestó monseñor Oscar Ojea, presidente del Episcopado Argentino, y añadió que “rápidamente tienen que ser entregados, esta sensibilidad frente al pan que yo tengo y puede faltar en otras mesas va contra todo lo que significa, por ejemplo, cuando tiramos comida”.
Tras las reiteradas y penosas desmentidas del vocero presidencial, el Ministerio de Capital Humano decidió «limitar competencias de funcionarios responsables que, por mal desempeño, no realizaron un control de stock y vencimiento de mercadería» y «poner en marcha un protocolo para la entrega inmediata de los alimentos de próximo vencimiento por medio del Ejército».
Sandra Pettovello decidió rajar al secretario de Niñez y Familia, Pablo de la Torre, y denunciarlo en la Oficina Anticorrupción. Sobre las excusas esgrimidas los días anteriores se hizo silencio absoluto.
Javier Milei es el que en la campaña electoral de 2023 dijo cosas tales como “me corto un brazo antes de subir los impuestos” y “dolarizo el primer día”. También aseguró que los salarios serían tratados “entre privados”, pero cuando esto ocurrió ya en su presidencia, no dudó un instante en anularlos desde el mismísimo Estado.
Milei tiene miedo, mucho miedo; ante esto, y como ocurrió con otros varios personajes siniestros de la historia, quiere que le teman. “Inventa realidades atomizadas para sus deseos”, asegura Diego Giacomini, economista liberal, muy arrepentido de haber trabajado y escrito libros junto al hoy presidente de la Nación.
Santiago Etchepare, otro liberal en las mismas condiciones que el anterior, define: “Estamos al mismo tipo de falta de gestión que significó no entregar 5.000.000 de kilos (de alimentos), que los comedores reclaman que desde diciembre no reciben; porque peor que el plan económico, el mesianismo y el autoritarismo, es la absoluta incapacidad que tienen para resolver los problemas de la gente”.
“Si a Milei le quitás el guion –continúa– y no le permitís que plagie a otros el discurso, las posibilidades que diga pavadas y ofenda a otros es enorme, y si le das público que lo haga sentir querido, las chances de una cagada se elevan al infinito”.
Todavía hay muchos que confían en un presidente que planeó mudar la Embajada Argentina en Israel, desde Tel Aviv a Jerusalén, porque el rey David se lo pidió en un sueño.