El juez Ariel Lijo defendió ayer su candidatura para integrar la Corte Suprema de Justicia ante la Comisión de Acuerdos del Senado, en una extensa jornada que estuvo cruzada por cuestionamientos sobre su desempeño en la Justicia Federal y su «idoneidad» para ejercer el cargo.
La audiencia pública, que se realizó en el Salón Azul del Congreso, comenzó pasadas las 10.00, se extendió hasta casi las 18.30, y estuvo presidida por la senadora y titular de Acuerdos, Guadalupe Tagliaferri (Pro). Tras la lectura de las adhesiones e impugnaciones, Lijo se presentó ante los senadores, a quienes halagó.
El magistrado, en una alocución que se extendió por poco más de media hora, relató sus inicios en la Justicia, citó al escritor Jorge Luis Borges y hasta se emocionó al recordar a su padre. Era la segunda vez que Lijo se presentaba en el Salón Azul; la primera había sido en 2004, durante el proceso de postulación a los Tribunales de Comodoro Py.
Lijo intentó exhibirse, además, como un «representante del Poder Judicial» en la Corte. «La Corte hoy está integrada por académicos, por jueces que provienen de distintos sectores de la actividad jurídica, y yo sería un representante del Poder Judicial», subrayó el aspirante al Tribunal Supremo postulado por el presidente Javier Milei.
Según su exposición, que remitió en varias ocasiones a su paso por diversas dependencias judiciales, «la función de los magistrados no se agota en resolver casos, en resolver expedientes».
«La función de la Corte no termina en resolver la función judicial, absolutamente», subrayó.
Para Lijo, «la respuesta del Poder Judicial no puede ser solamente la resolución del caso, sin asumir que hay otras consecuencias de los casos que le tocan, el caso es el síntoma de lo que está ocurriendo».
«Creo que la Corte debe tener una política que implique la tutela de casos de violencia doméstica, de género, de menores y adicciones», continuó.
Esa fue una de las líneas argumentativas que intentó mantener el juez a lo largo de toda la audiencia. A su vez, sugirió dinamizar los procesos de sentencia del máximo tribunal con el fin de bajar la litigiosidad: «Llega el momento de que la propia Corte y el Congreso se sienten y encuentren una solución».
Asimismo, pidió que las «cuestiones de la política deben resolverse en el ámbito de ideas que establece la Constitución».
“Las cuestiones entre el Parlamento y el Poder Ejecutivo tienen también sus propias reglas, de frenos y contrapesos. Y créanme que no siempre el Poder Judicial puede brindar una solución para este tipo de conflictos», reflexionó Lijo que, sin decirlo, se refirió así a la ley de Coparticipación nacional.
Por otra parte, y casi sobre el final de su exposición, afirmó que es «indispensable que en el ámbito de la Corte Suprema sea creada una secretaría especial que investigue el atentado a la AMIA”. “Se sabe mucho más de las organizaciones, se sabe cómo fue financiado… De quiénes fueron los autores y qué mecanismos utilizaron», sumó.
Pocos amigos
Entre quienes se oponen a la designación de Lijo se encuentran la vicepresidente, Victoria Villarruel; el senador de La Libertad Avanza, Francisco Paoltroni; el expresidente Mauricio Macri; la Unión Cívica Radical a través de Pablo Blanco y Carolina Losada; el diputado Fernando Iglesias y María Eugenia Talerico, exvicepresidente de la Unidad de Información Financiera; Elisa Carrió, y el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. Martín Lousteau todavía N/S, N/C.
El jefe del bloque de Unión por la Patria en el Senado, José Mayans, aclaró que el partido peronista no firmará el dictamen de Lijo y le advirtió al Gobierno que «tiene la obligación de juntar las firmas» necesarias en la Comisión de Acuerdos para que el pliego llegue al recinto de la Cámara alta.