En estos días llegó a su fin la tercera etapa de las obras realizadas en el hogar de la Asociación Miguel Máximo Gil. En este caso, fueron construidos nuevos baños y vestuarios, así como un patio con juegos y “plaza blanda”, a través de un aporte realizado por el Grupo Don Mario. Ayer, junto con la presentación de lo realizado, se produjo el regreso a la casa de los niños que residen en la institución, que durante estos meses, mientras se trabajaba en la casa, vivieron en el Hogar del Niño.
El presidente de la Asociación, Mariano Cámera expresó que esta última etapa era la más compleja de ejecutar, no sólo por el monto que hacía falta invertir, sino también porque la obra requería trasladar a los chicos a otro lugar. Lo primero se comenzó a resolver un día que representantes del Grupo Don Mario visitaron el hogar y días después confirmaron que la firma se haría cargo de financiar los trabajos.
En abril pasado, cuando se acercaba la fecha de inicio de la obra, se consiguió el visto bueno del intendente, Darío Golía, para que durante el tiempo que duraran los trabajos los chicos y el personal de la Asociación pudieran vivir en las instalaciones del Hogar del Niño.
El presidente de la institución agradeció la buena predisposición del Intendente, así como de los empleados municipales que colaboraron durante tiempo con el personal y los chicos de la Asociación, inclusive a través del traslado. Además, comentó que, mientras se desarrollaban las obras, se aprovechó para hacer algunas tareas de mantenimiento de la casa y que se encontraban pendientes. Ello incluyó la renovación de mobiliario y ropa de cama, la pintura y refacción de las habitaciones y se hizo una nueva oficina administrativa.
“Así que con el aporte de Don Mario y un gran esfuerzo económico de la Asociación pudimos proyectar y concretar estas obras que eran tan necesarias”, expresó.
La obra se finalizó en estos días y ayer los chicos regresaron al hogar. Además, durante la jornada se recibió la visita del gerente general de Don Mario, Ignacio Bartolomé, que hizo una recorrida por la casa.
“Fue un momento muy lindo y diría histórico para la institución”, expresó Cámera.
El plan de refacciones y ampliaciones, que se finalizó en estos días en el hogar de la Asociación, estuvo dividido en tres etapas. La primera se llevó a cabo hace varios años y consistió en la construcción de un salón de usos múltiples en el primer piso y otras obras en la planta baja. Luego vino la segunda, que se financió a través de la Fundación del Banco Provincia, y en la que se trasladó hacia un sector lateral de la casa la antigua cocina, que hasta ese momento se encontraba en el centro de la vivienda, por lo que era lugar de tránsito frecuente de los chicos, con los riesgos que ello implicaba. En ese momento también se hizo un nuevo lavadero y una despensa.
“Nos quedaban pendientes la etapa de los baños y los vestuarios, que en varias oportunidades habíamos pedido presupuestos, pero nos resultaba imposible afrontarla. Eso hasta que apareció este financiamiento del Grupo Don Mario y pudimos concretar la obra y hoy ya tenemos a los nenes disfrutando de las nuevas instalaciones”, expresó.
Cámera señaló que la casa en la que funciona el hogar tiene más de 100 años, por lo que siempre hacen falta refacciones. Por eso, el próximo objetivo es hacer un baño para el personal, para lo cual ya está disponible el lugar.
“Esperemos que en el mediano plazo podamos hacerlo”, dijo, y agregó que hay que continuar renovando mobiliario. De todas formas, aclaró, “la obra gruesa de infraestructura ya está finalizada y nos quedó un hogar digno de vivir para los chicos, que no sólo mejora la calidad de vida y la permanencia de los nenes en el hogar, sino también las condiciones de trabajo de las cuidadoras y de los voluntarios que se acercan a la institución a colaborar”, manifestó.
En cuanto a los costos de funcionamiento diario de la Asociación, Cámera señaló que las becas que llegan desde la Provincia se están recibiendo “en tiempo y forma”, más allá de que el monto de las mismas es insuficiente para solventar el funcionamiento del hogar.
“Las becas cubren el 30 por ciento de los costos de funcionamiento del hogar, pero contamos con otras herramientas muy importantes y, fundamentalmente, con la solidaridad de la gente de Chacabuco y la zona que compra la rifa, que se hacen socios o que inmediatamente responden a nuestro llamado cuando existe alguna necesidad. La solidaridad de los vecinos es muy importante para el funcionamiento de la institución”, dijo el presidente de la Asociación, y señaló que actualmente en el hogar residen catorce chicos.
