Marcelo Longobardi fue despedido de Radio Rivadavia tan solo dos días después de denunciar al aire que recibía aprietes y alimentó las versiones de censura del Gobierno.
El periodista, que supo liderar la franja matutina de la radio durante dos décadas, fue desplazado con el argumento de que reside en Miami y tenía bajo rating.
Longobardi es muy crítico del gobierno de Javier Milei y llegó a decir que el Presidente «va a terminar arruinando las ideas liberales en el altar de la imbecilidad».
Desde Radio Rivadavia dijeron a La Política Online que no reciben aprietes y que decidieron no renovar el contrato de Longobardi porque no cumplió con la presencialidad, lo que les complicaba el streaming, y además tenía bajo rating.
Longobardi se suma a una larga y triste lista de periodistas insultados y atacados por el gobierno de Milei, ante la tenue respuesta de las principales asociaciones de medios y supuestos defensores de la libertad de prensa.
La respuesta de Longobardi a la carta documento que le mandaron las autoridades de la emisora fue elocuente.
«Rechazo por improcedentes e intempestivos todos y cada uno de los términos de su Carta Documento 47542640 sellada el 17 de diciembre de 2024, por la cual se pretende infundadamente dar por terminada nuestra relación contractual. Como todos los días, mañana (por hoy) me conectaré para conducir mi programa de la misma manera en que lo he venido haciendo hasta ahora, en forma habitual. En caso de que Uds. me lo imposibiliten, hago reserva de iniciar las acciones legales que correspondan. Ratificaré el contenido de este mensaje mediante formal carta documento», respondió Longobardi, según publicó el periodista Jorge Rial.
La palabra del despedido
Luego de haber denunciado «presiones» al aire en Rivadavia, el periodista confirmó en declaraciones a La Nación que la emisora lo echó por polémicas razones.
«Me mandaron una carta documento y me echaron. El motivo formal fue la falta de presencialidad. Dijeron que no estaba cumpliendo con esa condición, pero eso no tiene ningún sustento: desde el momento en que me contrataron, sabían que yo vivía en Estados Unidos la mitad del año. Después de mi paso por CNN, mi familia se quedó viviendo acá. Mis hijas van a la universidad en Estados Unidos y por eso voy y vengo. Desde octubre pasado estoy acá. Y ni bien llegué, empezó la presión con ese tema».
Además, Longobardi remarcó que su despido no fue arbitrario y que se trató de una decisión de bajada política desde el gobierno de Javier Milei.
«Estoy convencido de que esto tiene que ver con una negociación entre la radio y el Gobierno. Es evidente que mi postura crítica hacia Milei ha sido un problema. Al parecer, según me dicen ahora, algunos colegas sabían que la radio estaba ofreciendo mi espacio a otros periodistas. Esto no pasó de un día para otro, creo que todo estaba resuelto desde hace meses. Milei tiene conmigo una especie de obsesión psicótica: me ha llamado, en un tuit, hijo de puta. Los niveles de ataque que recibo son brutales, debo ser el tipo más atacado por el gobierno».
«Carlos (Pagni) escribió que Milei tenía una obsesión conmigo. Entiendo que mi cabeza fue negociada, aunque no sé si el Gobierno lo pidió o la radio lo ofreció. Es una de las dos cosas. Lo que le debe molestar a Milei es que comparto su punto de vista económico, pero no sus rasgos autoritarios. Lo que cuestiono es su rasgo autocrático», cerró el periodista.