La CGT, los barones del juego y el kirchnerismo tuvieron días victoriosos, garantizando la continuidad de sus privilegios. Esta semana se dieron en nuestro país tres debates cruciales para el fortalecimiento institucional y la justicia social, pero terminaron marcados por el reflejo de un sistema viciado.
La falta de quórum para tratar la reelección indefinida de los sindicalistas, el bloqueo de una ley que impediría a quienes tienen condenas penales por corrupción ser candidatos, y la inminente amenaza de veto a una ley destinada a combatir la ludopatía, representan el triunfo de tres sectores bien identificados:
*Aquellos que utilizan sus cargos como herramientas de poder personal, totalmente desconectados de las necesidades de los trabajadores que dicen defender.
*Quienes buscan garantizar la eventual candidatura de Cristina Fernández, en una clara muestra de impunidad y de desprecio por la justicia.
*Y, finalmente, la evidente alineación del Presidente con los grandes operadores del juego.
Los discursos grandilocuentes de La Libertad Avanza sobre el fin de la casta quedaron atrás, ahora la estrategia parece ser aliarse con quienes perpetúan las peores prácticas del sistema político. Al final, ¿se convirtieron en aquello que vinieron a destruir?
Mientras tanto, los argentinos seguimos siendo rehenes de un sistema que protege a unos pocos en detrimento de todos.
Juventud Radical de Chacabuco