A puro gol, Peña La Nº 12 sigue subiendo

  • Domingo, 28 de Abril de 2019 | Deporte Local

Como vistante, Peña La Nº 12 venció con claridad a Rivadavia y se transformó en el único escolta de River Plate, por lo menos hasta que el Millonario visite hoy a 9 de Julio.

El conjunto dirigido por Juan Cerella construyó el triunfo a base de su mayor poder ofensivo, pero es justo reconocer también que Leonardo Petruchelli fue una de las figuras del partido. 

El arquero xeneize fue determinante a la hora de mantener el arco en cero cuando las papas quemaban y fundamental en los goles, ya que asistió en dos de las cuatro conquistas de su equipo.

El encuentro comenzó con una clarísima chance que tuvo Martín Zanotti, a los 30 segundos, cuando al capturar un rechazo defectuoso de la defensa local la terminó tirando encima del horizontal.

De arranque, La Peña desnudó las falencias de la última línea de Rivadavia, lo que fue determinante para entender el resultado.

La cuenta se abrió a los 21 minutos con un penal cobrado por Dante Liporace. El árbitro entendió que Emiliano Figueroa detuvo intencionadamente la pelota con la mano. Agustín Pelardas fue el encargado de canjear el penal por gol.

Rivadavia se adelantó unos metros para ir en busca del empate, pero comenzó a dejar espacios en la defensa, que en la primera parte la visita no aprovechó. 

Esto hizo que el partido se transforme en un ida y vuelta constante, pero siempre con mayor proyección de La Peña. A los 32, Emanuel Buss se tuvo que esforzar para sacar al córner un remate sorpresivo y con ángulo muy cerrado de Diego Barros.

A los 45, Petruchelli habilitó a Zanotti desde el saque de área para que el delantero se fuera solo rumbo al gol. Su decisión de picarla no fue la mejor ya que su tiro se fue sobre el travesaño, sin observar que Maximiliano Frezzotti entraba solo por el lado opuesto.

El segundo tiempo también arrancó con una jugada neta de gol a los 26 segundos. Mariano Soria metió un gran pase para que José Flores definiera, pero Petruchelli se antepuso para sacarla al córner. De este envío llegó la nueva chance de empate para el equipo de Gonzalo Figueroa, pero su hermano, Emiliano, cabeceó apenas desviado cuando todos gritaban el gol.

Rivadavia estaba encendido. Tres minutos más tarde Lucas Oteiza exigió otra gran intervención de Petruchelli –que a esta altura ya era figura– y en otra pelota parada, Belloni  no pudo conectar bien de cabeza al molestarse con un compañero.

Pasado el temblor, Peña La Nº 12 recuperó la compostura y contestó con dos acciones consecutivas de peligro. 

Una de Zanotti, que tras elaborar un autopase se quedó sin ángulo para definir. Otra al minuto, cuando Alejo Olavarriaga habilitó al mismo delantero que al desbordar y buscar el centro ante la salida de Buss, se encontró con el cierre salvador de Belloni que la envió al tiro de esquina.

El partido era vertiginoso hasta que de una chance para el Riva, el Xeneize de contra facturó el segundo. 

Iban 23 minutos cuando Flores exigió una vez más a la defensa visitante, pero la pelota se le fue un poco larga y Petruchelli llegó primero. Ni corto ni perezoso, el arquero sacó una perfecta habilitación para que Zanotti se fuera solo para definir cruzado y anotar el segundo.

El local respondió el golpe por golpe, pero las chances que generaba no se traducían en goles, como la que tuvo Flores a los 32 minutos que Elías Delaudo terminó sacando con lo justo,  impidiendo el descuento que Rivadavia merecía.

Para erigirse en figura clave, Petruchelli volvió a ensayar otra larga y precisa salida que tomó a toda la defensa de Rivadavia durmiendo. Zanotti no perdonó y tras desbordar mandó un centro que Diego Barros transformó en el lapidario 3-0.

Con el Xeneize de festejo, a los dos minutos llegó el descuento del Riva. A la salida de un tiro libre, Emiliano Figueroa capturó dentro del área un rebote en el palo para poner las cosas 1-3.

La dupla técnica mandó a la cancha a Alejandro Esquivel en lugar del autor del gol, para buscar mayor presencia ofensiva. Cuando parecía que podía lograr una nueva conquista, tras otra corrida de Zanotti llegó el definitivo 4-1 que Lautaro Rodríguez marcó a los 41 minutos, al empalmarla de zurda.

Con más amor propio que fútbol, el local fue en busca de un nuevo descuento que no alcanzó por culpa de Lautaro Cerella –sacó el balón sobre la línea– y del inexpugnable Leo Petruchelli.