Con quién me tocó a mí, elijo no ser indiferente
- Sabado, 04 de Febrero de 2023 | Locales

Ochenta y un años de laburar incansablemente para poder comer y cubrir aquellos momentos de hambre de esa infancia pesada y absolutamente sacrificada. Él no tuvo mochilas de tela, sino de cemento. Muestra de esto es su columna desviada y que frecuentemente duele hasta las lágrimas.
Una vez más, la indiferencia de algunos lastima. La burocracia o la ausencia de otros que realmente pueden transformar es algo difícil de entender.
Me detengo, veo que hay dos caminos. O aguardo los tiempos de quienes poco entienden de mejorar la calidad de vida a quienes ya les comenzó a correr la cuenta regresiva; o tracciono.
Y así fue.
Cinco minutos de sociabilizar unas pequeñas necesidades a cubrir, todo cambió. Aparece una bocanada de aire fresco llamada solidaridad. Aparece gente como vos, cómo él, que forman parte de un movimiento silente, pero operativo: Cáritas.
Cuando hay una necesidad, salta una alerta y para ellos sí que es urgente.
Ellos sí pudieron decodificar que los tiempos no se pueden dilatar.
Ellos entendieron que una vez más, Caritas podía dar respuestas.
¿Y sabés qué? Cuando alguien sufrió la pobreza de verdad, todo lo recibido vale el doble y el agradecimiento hacia cada uno de los que colaboraron con mi vecino es elevado a la enésima potencia.
Todo queda grabado en la memoria para siempre. Este momento que acabo de vivir hace que me explote el alma.
Alguien me dijo hace poco "en cada cuadra hay un viejito solo", a lo que respondí, con el que me tocó a mi, no puedo ser indiferente y a partir de ahí comencé a tejer redes para que al menos una partecita de su vida sea un poquito más digna.
Gracias a cada una de las personas que tanto hacen a través de Cáritas.
¡Ochenta y una veces gracias!
Rita