"Fue muy difÃcil y raro todo lo que me pasó"
- Jueves, 04 de Julio de 2019 | Deporte Local

No todas las noticias fueron malas para La Peña el pasado domingo. Si bien la derrota sufrida ante San Lorenzo no cayó para nada bien, el regreso de su capitán, Matías Pagano, compensó en parte esa amargura.
Entrevistado en Radio Planeta (99.5), el primer marcador central relató la amarga experiencia de estar tanto tiempo fuera de un campo de juego, mucho más por considerar injusta la sanción sufrida. Además, analizó la derrota y se refirió al potencial del equipo que desde esta temporada es dirigido por Juan Marcelo Cerella.
–Y un día pudiste volver, ¿cómo fue esa experiencia?
–Me costó más al principio, cuando me perdí la final del Interligas y el ida y vuelta por la liguilla contra San Martín. Estar jugando todo el año y perderme una definición histórica fue muy duro, incluso muy complicado en la semana y hasta en la vida cotidiana porque andaba de mal humor. Pero siempre tuve el apoyo de toda mi familia y de mis compañeros, así que arranqué este año con la mentalidad de no parar de entrenar porque sabía que me iba a tocar jugar otra vez y, por suerte, ese día llegó.
–Todo pasa, lo bueno y lo malo, y esto no fue la excepción. El día de tu regreso llegó aunque con un sabor agridulce porque se perdió frente a San Lorenzo.
–Fueron muchos días de entrenamientos sin poder jugar y cuando me tocó regresar fue contra San Lorenzo, un partido raro en el que un empate hubiese sido lo más justo. Últimamente, nos está pasando que los perdemos por detalles y eso fue lo que nos sucedió. Perdimos la marca en un córner, nos cabecearon, fue gol y perdimos tres puntos.
–Peña La Nº 12 parece estar transitando por una meseta futbolística, ¿cómo lo ves desde adentro?
–Los primeros quince minutos me gustaron mucho, hicimos lo que venimos entrenando con el Negro (Juan Cerella), que es triangular, movernos, tratando de salir jugando siempre, pero cuando las cosas no salen y con un plantel tan joven como el que contamos, que cuando no puede mostrar lo que sabe se bajonea, un poco pasamos a hacer lo que no debíamos. Y enfrente tuvimos a un rival que mete, lucha y que cuando tiene que jugar, juega, y nos complicó. En el primer tiempo, nos llegaron dos o tres veces, nosotros también, pero después el trámite se hizo trabado en la mitad de la cancha y de tres cuartos en adelante no supimos cómo movernos para inquietar la defensa de San Lorenzo. A pesar de eso, me sentí cómodo, con la sensación de que estábamos bien y que el equipo tenía para más, pero en el segundo tiempo no agarramos la pelota. Algunos de nuestros jugadores, no están en su nivel habitual, algo que nos está pasando desde hace algunos partidos, y se nos complicó todo. Cuando esos jugadores distintos no andan bien, influye, y eso fue lo que nos pasó.
–¿Qué diferencias, si es que hubo, notaste entre este equipo que ahora dirige Juan Cerella y aquel que dirigía Diego Ortega, que salió subcampeón?
–Si bien la conformación del equipo cambió un poco, porque tenemos cuatro o cinco pibes nuevos, la única y gran diferencia que veo con aquel equipo del Interligas es que, antes, le pegábamos con la cola y la metíamos, y ahora no se nos viene dando. La base de juego se mantuvo y Juan Marcelo nos va inculcando un montón de cosas. Otra diferencia con aquel es que este equipo tiene mejor pie. La incorporación de los hermanos Salaro y de Martín Zanotti nos dio un mejor juego, pero nos faltan algunos detalles como por ejemplo, largar la pelota en el momento justo. Cuando logremos eso y no hacer dos o tres toques de más, que terminan con la pérdida de la pelota y con la defensa mal parada, es decir, cuando la hagamos un poco más simple, estoy convencido de que vamos a andar mucho mejor.
–La Peña es un equipo que le puede ganar a cualquiera, pero le falta la cuota de confianza para darse cuenta que puede lograr más. Ese detalle se notó, principalmente, cuando enfrentaron a 9 de Julio y a River Plate. ¿Es por una cuestión psicológica, falta de experiencia o un poco de ambas?
–Coincido y ratifico que el día en que estos chicos, que juegan tan bien, tomen mayor conciencia de lo que son capaces de hacer y no pensar tanto en el rival. La Peña será mucho más fuerte que hasta ahora. Si nos comparamos con el equipo del año pasado, tampoco teníamos muchos jugadores de experiencia y se logró una temporada histórica, pero te repito, si estos chicos se convencen y que tras la primera que les salga mal, sigan intentando, se va a llegar al punto más alto de este plantel.
–Les quedan dos partidos que, si los ganan, se asegurarán el segundo lugar.
–Después del partido contra 9 de Julio, cuando ya no lo podíamos alcanzar, tuvimos una charla grupal entre el cuerpo técnico y todos los jugadores. Nos propusimos lograr el segundo lugar, pero nos quedan dos rivales muy duros. Primero, Rivadavia, que por más que no esté pasando por un buen momento, siempre es un equipo muy difícil, con el que los partidos salen trabados. Es ahí cuando tenemos que ser inteligentes para tratar de no caer en el juego que proponen y hacer las cosas bien cuando atacamos para anotar y así obligarlos a salir un poco más, para imponer nuestro juego. Después hay que ir a la cancha de Argentino, que es igual o más complicado todavía. Salvo 9 de Julio, que puede estar un paso por encima del resto, después cualquiera le puede ganar a cualquiera. Esto está a la vista y este año en particular es cuando más se pudo observar esa paridad.
–Regresando a lo personal, ¿qué te dejó esRtar ese tiempo tan pronunciado fuera de un campo de juego?
–Fue muy difícil y raro todo lo que me pasó. He llegado a creer que aquí, en Chacabuco, por mi manera de jugar y de ser dentro de una cancha, son mucho más exigentes conmigo que con otros. Hay varios ejemplos que se podrían citar, pero aprendí que debo mejorar mi conducta dentro de la cancha. Lo hemos hablado mucho con el Negro, fue uno de los que me aconsejó siempre y el que me manifestó que me necesita dentro de la cancha y no afuera. También con la llegada de mi hijo, que tiene ocho meses, me noto más tranquilo y a pesar de que algunos árbitros son un desastre, no me debo extralimitar. Yo sé que soy así, que vivo el fútbol apasionadamente, siempre quiero ganar. La enseñanza que me dejó todo esto es precisamente esa: estar más tranquilo, disfrutar este momento, como capitán transmitirles eso a mis compañeros, siempre dejando todo para dar lo mejor para el equipo.