La Selección Argentina cerró su gira con un triunfo: venció 1-0 a Marruecos
- Miercoles, 27 de Marzo de 2019 | Deportes

Fue un triunfo para suavizar las críticas que arreciaron luego de la derrota ante Venezuela y nada más. Argentina derrotó 1-0 a Marruecos, en Tánger, y cerró con una sonrisa la última gira antes de la Copa América; en la previa de la competencia, el combinado nacional disputará dos amistosos en nuestro país. Ángel Correa, a ocho minutos del final, maquilló la pobre producción con una jugada individual.
El viento resultó un factor fundamental en el partido. A partir de su buen trato del balón, el local se hizo cargo de la iniciativa del encuentro, pero las combinaciones sufrieron interrupciones por las dificultades para el dominio del balón.
Argentina, con las ráfagas a favor, apostó a recuperar y lastimar en velocidad, con llegada en bloque. A pesar de la falta de precisión, insinuó más cuando presionó alto y no le quedó tanto campo por delante cuando retomó la pelota. Quedó la sensación de que podría haber aprovechado mejor la ventaja.
La acción más peligrosa de los dirigidos por Lionel Scaloni se dio a los 31 minutos, cuando Leandro Paredes ejecutó un tiro libre. Tras el desvió en Lautaro Martínez, la pelota pasó cerca del arco defendido por Bounou.
El viento elevó el nivel de tensión: se contabilizaron casi 30 faltas en la primera parte y se dieron tres tumultos por entradas a destiempo, que desnudaron la falta de autoridad del árbitro y, también, la impotencia por las complicaciones para generar juego de Argentina.
En la segunda parte fue Argentina quien tuvo el viento en contra. A partir de la pegada de Leandro Paredes y las trepadas de Marcos Acuña, encontró las mejoras vías de acercamiento a la valla rival, pero el partido mantuvo el nivel subterráneo.
Ni Dybala ni De Paul ni Pereyra –más allá de la dinámica– ni Lautaro Martínez lograron encontrarse ni pisar individualmente. Incómodos con el viento, con poca chispa, fueron los rostros de la ausencia de desequilibrio.
Scaloni apostó a los ingresos de Ángel Correa –una de sus últimas fichas para entrar en la lista de la Copa América– y Matías Suárez para modificar el semblante. También le dio minutos al arquero Juan Musso, para que sintiera el peso del buzo de la Selección.
A ocho minutos del final, Correa dibujó una jugada individual en la puerta del área y, con un remate cruzado, anotó el 1 a 0, impensado teniendo en cuenta el desarrollo del encuentro.
La victoria inyectó tranquilidad luego de las críticas, pero fue todo lo que cosechó Argentina en Marruecos. El diagnóstico continúa siendo el mismo: más allá de lo que puede ofrecer Messi –desafectado tras el duelo ante la Vinotinto por una lesión en el pubis–, la Selección tiene mucho para mejorar si desea pelear por el título en la Copa América de Brasil.
Ráfagas de entre 50 y 90 kilómetros por hora
Aquellas ráfagas que oscilaron entre los 50 y 90 kilómetros por hora el lunes en la zona costera de Tárgen, ayer se incrementaron y afectaron también al centro de la ciudad, donde se jugó el partido.
Ya desde el sorteo inicial de capitanes se notó que las ráfagas iban a tener un papel central en el amistoso.
A la hora de jugar, en el primer tiempo el viento sopló a favor del ataque de la Selección de Lionel Scaloni, por lo que era habitual ver cómo los saques de arco de Yassine Bounou llegaban con potencia hasta el centro del campo, pero en lugar de continuar su trayectoria normal caían abruptamente. El viento también generó cierto fastidio en los jugadores argentinos, que tenían que calibrar mejor los pases, tanto por abajo como por arriba, ya que la pelota no podía ser dominada con normalidad. En ese confuso escenario, Scaloni varias veces les pidió a los defensores que le pegaran fuerte y que no dudaran en la salida desde el fondo.