Millonarios y xeneizes repartieron puntos

  • Lunes, 15 de Abril de 2019 | Deporte Local

El buen presente de ambos equipos y la primaveral tarde hicieron que una buena cantidad de público presencie el encuentro entre los escoltas de 9 de Julio, único puntero del torneo.

El Millonario, que venía de protagonizar un arranque histórico ganando las cuatro primeras fechas, tenía la gran oportunidad de quedar solo en la punta, tras el empate 2-2 del Lobo ante  Argentino en la fecha pasada. 

No fue así porque se encontró con un rival que también estaba muy necesitado de ganar para achicar la diferencia que los líderes le habían sacado en el arranque del certamen. Esto dejó como saldo un encuentro de trámite trabado y con pocas emociones.

Iban 11 minutos cuando un rechazo defensivo involuntario se le coló por la espalda a Leo Petruchelli, que no sin esfuerzo alcanzó a sacar la pelota al córner.

River Plate insistía por su lateral izquierdo basado en el buen pie de Alejo Falgari, que junto a Lucas Cirigliano y Manuel Vázquez, formaban una buena sociedad que por esa banda inquietaba al rival.

Pero al promediar la etapa, la visita comenzó a equilibrar el juego, plagado de largos e innecesarios pelotazos por parte de ambos equipos, fundamentalmente desde la habilidad creadora del juvenil Diego Barros, una de las figuras del partido.

El zurdo comenzó a prevalecer en la mitad del terreno de juego, potenciando las tareas de Alejo Olavarriaga y Martín Zanotti, protagonistas de la primera gran situación a favor del Xeneize, que Leo Fernández alcanzó a tapar a los 25 de juego.

Con el encuentro equilibrado, de un pelotazo aislado llegó la apertura del marcador a los 38. Lauraro Cerella despejó largo desde su área para que Martín Zanotti se colara entre los dos centrales y de emboquillada anotara el 1 a 0.

El local sintió la estocada y la pasó mal en los últimos minutos de la etapa, cuando su arquero fue determinante para irse al descanso perdiendo solo por un gol. Sus envidiables reflejos le permitieron sacarle el segundo gol a Lisandro Cerella, cuando el defensor ejecutó un tiro libre que pasó entre un gran número de jugadores que le tapaban la visión al arquero.

En el minuto final, Pelardas le sacó lustre al travesaño al sorprender con otro tiro libre, desde una posición muy oblicua al arco.

En el segundo tiempo el partido entró en la intrascendencia, a pesar de que River Plate llegó al empate a los 7 minutos. 

Luego de un gran pase, Vázquez dejó solo a Ramiro Morra, el gran goleador del fútbol local, que haciendo gala de su condición esperó que Leo Petruchelli se moviera para definir por los bajo y poner el empate que se mantendría hasta el pitazo final del árbitro Dante Liporace, de correcta labor.

La igualdad aplacó los tibios intentos de ambos. Alejo Falgari ya no gravitaba porque bajaba mucho para tener contacto con la pelota.

Leo Fernández voló espectacularmente para sacar de su ángulo izquierdo un excelente tiro libre ejecutado por Diego Barros, que fue lo único para destacar en la última media hora de juego, que dejó a River con uno menos desde los 43 minutos, por la expulsión de Ramiro Trejo por doble amarilla.

Con este resultado, River Plate alcanza a 9 de Julio en el primer lugar y en la próxima fecha –el domingo a las 16.00– visitará a San Martín

La Peña, por su parte, queda tercero, a cinco puntos , pero con un partido menos. El Xeneize se medirá el sábado con San Lorenzo de Rawson, con quien comparte posición.

La nota repudiable la dio el padre de un chico de la Novena division de River Plate, en el partido que el Millonario terminó ganando 2-0 ante 9 de Julio. 

Su estado de exaltación, acompañado de  insultos de todo calibre, obligó al árbitro a suspender el desarrollo normal del encuentro hasta que el desubicado fue retirado por los dirigentes del club local, cuando algunos padres de chicos del equipo visitante querían hacer justicia por mano propia.

El nuevo y lamentable suceso debería replantear seriamente la actitud de algunos padres que dejan mucho que desear, al exhibir este tipo de conducta en un espectáculo público, con las cual no consiguen más que avergonzar a sus propios hijos.