"No sabemos gestionar las emociones"
- Lunes, 22 de Abril de 2019 | Locales

El vértigo en el que viven las sociedades, las crisis económicas y por lo tanto sociales, la violencia cotidiana en todas sus facetas han hecho que las personas vivan al borde de un ataque de nervios o que también traspasen el límite.
Mucho se habla en estos tiempos que corren del coaching. Marcelo Doménica es coach y dice aplicar "las técnicas de coaching, que son acompañamiento y transformación para que una persona cambie su vida de la manera que quiera cambiarla".
Hay quienes discuten estas técnicas y dudan de su efectividad, cuando no de su seriedad científica. Marcelo no está obviamente en esa línea. He aquí algunos de sus conceptos.
"Trabajo con muchas cosas: neurociencia, PNL (programación neuroligüística), visualización. Puede pasar que arranques de un lado quieras llegar a un lugar y te trabás en el medio, te pasan cosas y volvés al estado anterior. Entonces, el coaching te aporta todas las herramientas como para despejarte los obstáculos y llegues al resultado. En las clases le digo a la gente que no diga más que tiene un problema y que en adelante lo llame desafío.
"La química corporal, la cerebral, que se desata ante las palabras es distinta y eso hace que lleguemos a decir que la palabra tiene un poder tremendo. Cada vez que emitimos una palabra, con algún sentimiento, generamos una onda expansiva de ese sentimiento, y genera en nosotros ira, rechazo, placer, alegría. Lo mismo pasa con las imágenes. A través de la neurociencia se puede aplicar todo eso para que la gente salga de los estados automáticos".
"¿Qué es el estado automático? Si pudiéramos ver a Chacabuco desde arriba de una colina, podríamos llegar a deprimirnos durante una semana. La gente desayuna a la misma hora, sale a la misma hora, es algo casi estandarizado. Va a trabajar a la misma hora, lleva a los chicos a la escuela a la misma hora. Cuando empezás a ver cómo se comportan todos, vos podés ser la oveja negra. Siempre se atasca el tránsito acá, bueno, cambiá de calle o salí quince minutos antes. Hay cosas que podemos sortear. El 5 por ciento de lo que pasa en la vida de una persona no se puede manejar: no elegiste el color de ojos ni de piel, no elegiste dónde nacer. Pero el resto pasa por vos, por tus decisiones. La mayoría de las personas no se da cuenta que todo el tiempo está eligiendo, hasta cuando no hace algo porque es decidir no hacer. Y eso tiene sus consecuencias".
"Al darte cuenta de lo que haces, causalizás, forzás que se produzca la causalidad, lo que pasa es que no sabés cuándo y ahí está el efecto sorpresa. Empezás a vivir sorprendido y con más entusiasmo, las cosas te llaman la atención porque cortás el automático. Te das cuenta de que no es que la vida vino así, se te implantó un chip y seguís".
"Si decís siempre llego tarde al laburo, siempre llego tarde al laburo, tu universo dice felicidades, tus deseos son órdenes y siempre llegás tarde al laburo. Si no cortás el patrón, siempre va a ser así. Todo lo que te molesta a tu alrededor, pasa a ser un espejo, el tema es que no nos damos cuenta".
Política, ciencia, religión y economía
"En las charlas toco temas muy álgidos y la gente no se ofende. Los latinoamericanos tenemos un problema de educación: yo te digo las cosas hasta ahí y supongo el resto en mi cabeza. Vos tomás lo que yo te dije y lo interpretás para donde quieras, entonces lo que te pedí no lo vas a hacer y después viene el reclamo y la queja porque suponemos más de lo que decimos. No hablamos asertivamente. Al aprender a hablar asertivamente, no ofendo, por eso hablo de cuatro temas: la política, la ciencia, la religión y la economía. Son temas que han hundido al ser humano más que ayudarlo. Estas cuatro cosas se manifiestan en el no puedo, de la política; no sé, de la ciencia; no debo, de la religión, y no tengo, de la economía. El no sé tiene que ser una invitación a descubrir no a una parálisis; decís no sé y te bloqueás".
"La mayoría de las persona trabaja en cosas que no le gusta, lo hace porque tiene que comer. Se nos implanta la idea de seguridad. ¿Qué quiere un ser humano? Un empleo, que tenga la obra social para enfermarse y la jubilación para morirse, y ahí tiene la vida armada. Si no pasa eso, la gente se frustra. Después se va dando cuenta y tiene ciertos atisbos que salen de sí, hay una pasión, se implanta algo ahí y aparece. Sale en algún momento, pero no siempre se da así porque está tapada por la realidad que la persona está viviendo, una vida inventada. La vida es una ilusión; el tiempo es una ilusión, lo medimos porque creímos que debíamos medirlo".
"¿Cómo se puede explicar que el tiempo a veces dure tanto y otras sea tan corto? Es una cuestión de percepción. Tu realidad de una percepción y la mía, otra, si no, no estaríamos hablando de grietas: un estrato social ve una realidad, y otro estrato ve otra. La realidad está pasando por el medio de los dos, pero cada uno la percibe a su manera. Alguien que esté con filtros mentales muy grandes no podrá ver la realidad que ve el otro. Con inteligencia emocional y el gestionar las emociones, lo que hacemos es saber lo que el otro siente. Antes éramos espejos de reacciones: estímulo, reacción; te insulto, reaccionás. Ahora, a través de la inteligencia emocional lo que hago es darme cuenta de cuándo puede aparecer una reacción y pensar antes de reaccionar".
"El mayor porcentaje de las enfermedades viene de no saber gestionar las emociones. El ser humano es una cosa limpia, pura, inteligente, que se reinventa continuamente, pero el problema es que estamos atrapados por las emociones, por las reacciones. En política, a un fanático le nombrás a uno o a otro y reacciona tirándote con todo y te peleás en Facebook con un tipo al que no conocés, y se desarrolla una conversación tremenda parecida a la puteada que le damos al tipo al que nos cruzamos por la calle y nos rozó con el hombro sin darse cuenta. No lo insultaste porque te rozó, lo hiciste porque te peleaste con tu esposa a la mañana, tu trabajo no te gusta, la plata no te alcanza.
Al aprender inteligencia emocional lo que hacés es ser lisa y llanamente, feliz. No es que las cosas dejen de interesarte, pero aprendés que la responsabilidad va para un lado, sabés que donde ponés el foco es lo que vas a manifestar en la vida. El ser humano necesita cosas muy básicas para vivir: alimento y abrigo. No necesita más cosas, a partir de ahí todo es regalo, a partir de eso sale el dicho rico no es el que más tiene sino el que menos necesita. La persona que nada necesita, bendice todo, aprecia las cosas".
Doménica dicta talleres en lugares a los que se lo convoque y también da cursos on line. Actalmente lo está haciendo en la Escuela de Actividades, los jueves, con dos grupos, uno de 9.00 a 10.30, y otro de 19.00 a 20.30.
"Hay que estar dispuesto a dar un paso y decirse quiero ser más feliz. No se pueden seguir manteniendo relaciones tóxicas, que no van más. Hay que empezar a trabajar el desapego, ser más libres, lo que no significa ser un libertino. Es impresionante el cambio que se ve en los asistentes. Me sorprende la convocatoria que tuvimos en Chacabuco y las respuestas del público que asiste", dice.