Profeta en su tierra
- Jueves, 13 de Junio de 2019 | Deporte Local

El domingo último, Lucas Báez ganó de punta a punta la carrera 8k organizada por la Agrupación Atlética Chacabuco para conmemorar los 36 años de la compra del predio de la avenida Juan XXIII.
Con una historia de vida digna de resaltar –se convirtió en uno de los mejores maratonistas amateur del país luego de llegar a pesar 100 kg–, el Gaucho le puso jerarquía internacional a la prueba local, tras su gran actuación en abril pasado en el Maratón de Boston donde resultó, por tercer año consecutivo, el mejor argentino de la competencia.
Entrevistado en el programa 'Una mañana en Planeta', que se emite en Radio Planeta (99.5), este joven de 30 años compartió sus experiencias y habló de los objetivos a alcanzar en lo que resta del año y dijo que su sueño es competir en el Maratón de Tokio el año que viene. De lograrlo, solo le quedaría competir en la de Londres para cumplir el objetivo de completar el World Marathon Majors, ya que además de la de Boston, ya compitió en las de Berlín, Chicago y Nueva York.
–Muy pocos son profetas en su tierra y vos lo lograste desarrollando una espectacular competencia.
–Estoy muy contento de haber podido participar en mi ciudad. Siempre es lindo correr en Chaca cuando me da la agenda. A veces tengo competencias más largas y su preparación lleva más tiempo, y cuando se corren distancias más cortas es más difícil ajustarse al calendario. Estar presente siempre es lindo y me tocó justo en esta época, en la que estamos corriendo competencias cortas. Me vino bien y pude ganar, que no sucede siempre, lo que lo hace más lindo todavía.
–Competir en este tipo de pruebas, ¿lleva la misma preparación o es más sencillo que una maratón?
–Corro más maratones, que son de 42 km, que distancias cortas, pero tienen la misma complejidad. A pesar de que tienen mucha diferencia en las distancias, a la hora de planearlas o entrenarlas son diferentes. Una pasa más por la velocidad, como estos 8K de Chacabuco. Es una competencia complicadísima porque vas exigido al límite, en cambio en el maratón se corre a otro ritmo. Una no es más fácil que la otra, las dos son parecidas. No soy un especialista en las distancias cortas, me gustan más las distancias largas, por eso estoy con un perfil de maratonista que de 5.000 o 10.000, que en nuestra ciudad tienen muy buenos atletas. Uno la pasa muy mal en muy poco tiempo, eso es lo que tienen las distancias cortas, en cambio el maratón o el medio maratón, da un poco más de tiempo aunque uno termina igual de fatigado.
–Además, venís de una rama del atletismo que casi no tiene nada que ver con esto. Competías en senderos de montañas y a grandes altitudes.
–Fui variando porque hago lo que me gusta. En los últimos tres años fui tomando más un perfil de corredor de maratón y no de montaña. La idea, en estos próximos años, es hacer dos o tres maratones anuales, que es muchísimo. Los resultados se van dando y uno tiene que adoptar un perfil, aunque la velocidad en distancias cortas no es lo mío porque soy más pesado que los chicos que compiten en esas pruebas. Trato de pulir el estilo un poco más, hacer un par de años de base, ya que no vengo del atletismo. Comencé a correr de grande y ahora que tengo buenos resultados, trato de aprender ahora lo que no hice en la escuela del atletismo.
–Aprender sobre la marcha.
-Exactamente. Día a día voy aprendiendo a competir con corredores que llevan diez, quince o 20 años haciéndolo mientras yo solo llevo cuatro, entonces tengo que aprender un montón de cosas: técnica, economía de carrera y cosas de oficio que voy mejorando, y se ven en los resultados.
–¿Qué fue lo principal que tuviste que aprender para sacar lo mejor de vos?
–El entrenamiento, que fue en aumento con relación a los kilómetros que voy haciendo. Nuevas técnicas, fortalecimiento, gimnasio a veces combinado con algo de funcional y, obviamente, la alimentación, que es importantísima. Fui bajando de kilos que al arrancar pesaba 100 kilos y hoy estoy en casi 70. Una cosa va llevando a la otra, cada vez te va gustando más hacer esto, que pasa a ser algo más que un hobby. Mientras los resultados se vayan dando, voy a ir exigiéndome un poco más, pero sin volverme loco, ya que no me dedico a esto, pero siempre se pueden ir mejorando cositas para tratar de bajar mi propia marca, año tras año. Obviamente, voy a llegar a un límite, pero creo que tengo todavía bastante por mejorar . La idea es seguir buscando nuevos objetivos y soñando por cosas importantes, para seguir representando a la ciudad, tanto en el orden local como en el internacional.
–¿Cómo te vas preparando teniendo en cuenta que tenés una profesión de la cual vivís?
–Habitualmente cuando preparo un maratón, tres o cuatro meses antes voy aumentando la carga de kilómetros, semana a semana, hasta llegar a un pico bastante alto. Para la de Boston que fue en abril, llegué a picos de entre 170 y 190 kilómetros semanales, algo que es muy difícil de lograr porque un corredor de elite está en los 210 o 230. Más que nada complica el cansancio que genera la actividad, porque tengo doble turno de entrenamiento. Uno desde las seis hasta las nueve de la mañana, cuando ingreso a trabajar hasta las 17.00. Después, intento dormir un rato y a las 20.00 estoy corriendo nuevamente. Eso, acumulado en dos o tres meses que se hace seguido, el descanso no es el mejor, me complica, pero es lo que me gusta. Son dos o tres veces al año, no siempre.
-¿Qué tenés pensado para el segundo semestre de este año?
–Viene bastante cargado. Seguramente voy a hacer los 21K de Buenos Aires, en agosto, un clásico en el que todo corredor quiere estar porque es una fiesta y el que más atletas convoca, alrededor de 20.000. Después, en septiembre, empezaré la preparación para el Maratón de Buenos Aires, así que el medio maratón forma parte de la preparación para este, que será la primera vez que lo voy a hacer, en esta distancia, en el país. Próximamente van a abrir las inscripciones para estar en Tokio el año que viene; la idea es seguir por este camino, ir por la quinta Majors y así quedar a un pasito de completar las seis. El objetivo es correr en Buenos Aires y el sueño es poder estar en Japón el año que viene.