River se quedó y Vélez se lo empató en el final

  • Lunes, 18 de Julio de 2022 | Nacional

Está todo en los modos. En cómo uno y otro se retiraron del José Amalfitani. Las caras de decepción de los cabizbajos jugadores de River hablaron por sí solas: cuando parecía que se confirmaba la levantada que inició en San Luis, en la última jugada hubo un mazazo.

Los rostros de los exaltados futbolistas de Vélez también fueron reveladores: ellos saben que sumaron un punto que vale para la confianza y para reconocerse como 'padres' de River, al menos en el estricto presente.

Todo estuvo en los modos. En Liniers pesó más el modo Oso...rio. Un equipo que a pura voluntad insistió frente a un rival que en el segundo tiempo se refugió casi por instinto de supervivencia y dejó avanzar al local. El gol del pibe acabó premiando todo lo que hizo Vélez pero a la vez castigando el cambio de perfil de juego de River de un tiempo a otro.

En el primero el equipo de Gallardo jugó en modo MG: la defensa -con Pinola de regreso y en una buena versión- estuvo sólida y el tridente Simón-Palavecino-De la Cruz demostró un nivel acorde con los estándares de calidad del sello Gallardo, fundamentalmente por el juvenil de la cantera.

Santiago metió dos asistencias -centro perfecto a Beltrán, peinada para buscar al uruguayo- pero a la vez aportó un gran despliegue por la banda derecha, aprovechando las desatenciones de Ortega por ese sector. Esa sociedad tripartita supo jugar a la espalda de un flojo Perrone. El déficit de River en esos 45 minutos fue el no poder concretar: Barco, de hecho, pudo haber ampliado.

El entretiempo acabó reseteando a ambos equipos. Vélez se activó a pura voluntad, con buenos pases de Garayalde, la siempre amenazante gambeta de Orellano, el compromiso de Pratto, el buen ingreso de Fernández y el insistente Osorio.

Como contrapartida, river en ningún momento pudo ser algo similar a lo correcto que había transitado en la primera mitad. De los pases, combinaciones, goles y confianza pasó a verse un equipo que se quedó sin energía para cubrir espacios y que le cedió totalmente el protagonismo a su rival.

Los cambios pudieron mejorarlo. Todo lo contrario: quedó en evidencia el importante contraste entre titulares y suplentes. Ni Pochettino ni Paradela ni Juanfer encontraron la brújula ni tuvieron el nivel de vigor que reclama Gallardo, a punto tal que José equivocó una salida dejando un pase corto y propició el último gran ataque de Vélez cuando ya el repliegue era excesivo.

Y en esa última acción, Maidana quedó en la foto por ir a cruzar sin tensión en su intento de evitar hacer un penal. Pero así propició el centro y el gol de Osorio. Justo aquel delantero que en la Libertadores había sufrido el modo 2018 de Armani anoche logró tomarse revancha.

Y esa jugada, la última, lo modificó todo. Porque dejó otra vez con dudas a River. Y elevó a un modo extremo, otra vez, la felicidad de Vélez. Por una cuestión meramente de modos.

Olé