En las elecciones del 19 de noviembre de 2023 el 55,.66 por ciento del electorado se supone que votó –con gran convicción por lo visto– por terminar con una “casta” política que derrochaba el dinero público nombrando funcionarios a diestra y siniestra, que consideraba a sus adversarios como enemigos al igual que todo aquel que osara opinar el disidencia respecto del gobierno, que tenía una horda de genuflexos trolls pagos para difamar desde las redes sociales, que nombraba a funcionarios incapaces, que tenía funcionarios con pasado oscuro, que pretendía una Justicia adicta. Pues bien, ¿y ahora qué pasa, eh?
Todo sigue igual, es otra casta, pero con el mismo olor, o más nauseabunda, por mementos cada vez más reiterados.
Constantemente se están nombrando funcionarios en nuevas reparticiones de ministerios que tiene a la cabeza a gente que claramente está a años luz de contar con la capacidad necesaria para llevar adelante tareas de gran importancia en el funcionamiento de un gobierno. Sandra Pettovello está a cargo del Ministerio de Capital Humano –espantoso nombre si los hay– que reúne a las que durante muchísimos años fueron las carteras de Trabajo, Salud, Educación y Desarrollo Social.
La titular del todopoderoso Ministerio todavía no ha podido –o peor si es que no ha querido– repartir entre la población más necesitada los millones de kilos de alimentos destinados especialmente a repartirse entre la población más necesitada. Con esa muestra de su capacidad como funcionaria, debe definir temas más que trascendentes relacionados con –una vez más– Trabajo, Salud, Educación y Desarrollo Social. Con su casamiento años ha con el actor Pablo Rago como mejor antecedente, continúa encabezando el cuatro en uno.
Los gay antipatria
Durante su exposición del martes pasado, ante la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se refirió a las políticas del gobierno nacional para abordar la problemática de la violencia de género y al cierre del Ministerio de la Mujer.
En ese marco, el Ministro afirmó que la administración Milei propone un cambio sustancial en la política de género y subrayó que se alejarán de estos enfoques para priorizar otros valores como la familia.
“Se acabó sólo el género, nosotros vamos por otros valores, nosotros vamos por la familia. La familia es el centro de la sociedad y la educación. Los valores familiares tradicionales son el amor, la unión, el trabajo, el estudio, la igualdad ante la ley”, dijo, de verdad.
“Promover los símbolos patrióticos, respetar y honrar a nuestros próceres. Esto resulta central para la armonía y la cohesión social. Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales, que no se alinean con la biología, son inventos subjetivos”, agregó, en serio.
El titular de Justicia, abogado defensor de narcos y de violadores, afirma convencido que todo aquel que no responda perfectamente a cisheterosexualidad de ninguna manera puede ser patriota ni respetar y honrar a nuestros próceres. ¿Cómo sería la cuestión? ¿Todo homosexual está al mismo nivel que aquel que tome las armas contra la patria, o se une a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro?
La diputada radical, Carla Carrizo, le solicitó que deje de exponer sus posturas personales. “Usted está obligado a respetar las leyes vigentes. Lo que necesitamos es que usted estudie”, le señaló con contundente claridad.
¿A qué se refiere con “valores familiares tradicionales”? ¿Al mismo concepto medieval –e hipócrita– que se manejaba en cuanta dictadura y/o gobiernos ultramontanos de supimos padecer? Hay que avisarle al Ministro que un tipo que viola a su sobrina –como su defendido José Alperovich– no cuadraría en esos valores. También debe saber que hay gente divorciada, familias ensambladas con mucho éxito.
¿Cuál es el problema tan grande que tiene este gobierno, desde Milei hacia abajo, con las cuestiones sexuales? ¿Por qué hacer tanto hincapié estos temas, desde una visión del medioevo? Es raro.
Represión sin retorno
El Gobierno le pega a los jubilados; lo hace con los míseros haberes, asegurando que vetará la Ley de Jubilaciones, y también literalmente: la Policía de Milei y Bullrich cagó a palos a un pequeño grupo de viejos que pedían que no se les quiten 17.000 pesos de su jubilación.
Paralelamente, a la SIDE pretende otorgarle más de 100.000 millones de pesos anuales para gastos reservados. El senador de La Libertad Avanza por Formosa, Francisco Paoltroni, se manifestó contra esta intención del Gobierno y lo rajaron del bloque libertario.
Entre el presidente de la Nación y la vicepresidente de la República Argentina se detestan. Cuanto más lo intentan desmentir, lo burdo de la maniobra lo confirma.
En cuanto puede, Victoria Villarruel busca despegarse de las posturas y declaraciones de Javier Milei, y viceversa.
La Vice les advirtió a los senadores de LLA que le pedían que echara a Paoltroni de la Cámara alta que ella no tiene esas atribuciones.
A su vez, Villarreal dijo que reabriría las causas contra los exmontoneros –¿incluiría a Patricia Bullrich?–, a lo que desde sus mismas filas se le recordó que tampoco tiene esas atribuciones.
Se les exigía a los K más ortodoxos que vieran lo que tenían ante sus ojos y no querían ver. ¿Y ahora qué pasa, eh?
Por Eduardo N. Carboni