Un enemigo muy temido en esta campaña agrícola también está presente en Chacabuco. Se trata de la chicharrita del maíz, cuyo nombre científico es Dalbulus maidis, la cual es transmisora de bacterias y virus que causan estragos en las plantas.
Hasta ahora se venían reportando daños de consideración provocados por esta plaga en provincias y municipios situados más al norte, pero todo indica que el insecto se hallaba aquí desde hace unos meses.
El ingeniero José Luis Tedesco informó que, en nuestra zona, la chicharrita atacó específicamente a los maíces sembrados en forma tardía, lo cual se ve en el «achaparramiento» de las plantas.
Tedesco explicó que, dada la tecnología que tiene incorporada, una vez sembrado el maíz no es monitoreado asiduamente, y como no se esperaba que el insecto llegue a esta zona, el daño “se descubrió cuando ya estaba instalado en los cultivos”.
“Lo que se ve es un achaparramiento de las plantas, un morado en las nervaduras y las hojas, y un secado anticipado de la planta, que presenta una altura inferior y espigas que no llenaron granos. Así que en esos casos hay pérdidas muy importantes”, expresó.
Los lotes atacados por la chicharrita fueron vistas en campos distintos sectores del partido de Chacabuco, como el norte y el sur. Según Tedesco, no se trata específicamente que la chicharrita haya atacado específicamente en una zona sino que más bien depende de la fecha en la que se sembró en cada lote.
“Hay algunos lotes que van a estar en el mismo nivel de pérdidas que en las zonas del país que fueron muy afectadas”, dijo Tedesco, y estimó pérdidas que podrían ubicarse en el 70 u 80 por ciento.
Inyecta “cuatro enfermedades”
El ingeniero agrónomo estimó que los ataques comenzaron a poco de haber emergido el maíz.
“Lo que inyecta la chicharrita son cuatro enfermedades, dos de las cuales son bacterianas y dos virósicas. Cualquiera de ellas puede afectar a la planta y provocar daños similares”, explicó.
Tedesco afirmó que en los lotes atacados ahora no puede hacerse nada. Lo que sí es recomendable es prepararse para la próxima campaña, en la que el insecto seguirá presente. Para ello, hay que monitorear los lotes en invierno porque hay cultivos –como el trigo, la cebada y el centeno– que son “hospedantes” de la plaga. Agregó que en caso que se detecte la presencia de la plaga conviene hacer algún tratamiento de control, para “reducir la población”.
Sus consecuencias se ven hoy en lotes situados en distintos sectores del partido, donde se estima que habrá casos de pérdidas superiores al 70 por ciento. Tedesco expresó que el insecto ha estado presente desde la implantación del cultivo, pero ahora puede verse el daño causado.
