La siembra de trigo, que había comenzado a toda velocidad y con buenas condiciones ambientales, se vio demorada en las últimas semanas debido a la falta de humedad en la capa superficial del suelo. Así lo señaló el ingeniero Néstor Estévez, asesor técnico de la Cooperativa de Granjeros Unidos, y aclaró que esta situación no está generalizada, pues en la mayoría de los casos se pudo sembrar en forma temprana.
Allá por marzo la campaña triguera se avizoraba con poco entusiasmo, pero no por cuestiones climáticas, sino económicas, pues el precio internacional del cereal estuvo muy retrasado. La situación cambió en abril, a partir de una recuperación de las cotizaciones, a la que se sumaron abundantes lluvias que ayudaron en buena medida a la recuperación de las napas. Eso hizo que muchos productores se decidieran por implantar este cultivo.
Estévez señaló que los ciclos largos e intermedios pudieron sembrarse sin contratiempos. La situación cambió a medida que fue avanzando mayo, ya que en ese mes casi no hubo lluvias. Lo mismo sucedió en junio. Eso hizo que la capa superficial de los suelos hoy no tenga la humedad suficiente para poder sembrar.
“Quedan algunos lotes en esa situación, aunque no son muchos”, expresó el ingeniero de la Cooperativa de Granjeros, y señaló que, en esos casos, de no haber lluvias en un período de entre diez y quince días, finalmente no serían sembrados. Por otra parte, los precios del cereal, que habían subido, luego comenzaron a bajar, lo que puede resultar entusiasmo.
Para Estévez, la superficie que en Chacabuco y la zona ocuparía el trigo en esta campaña sería muy similar a la del año pasado. Lo que sucedió en 2023 fue que el ciclo de desarrollo del cultivo comenzó con algo de humedad, pero luego de la siembra casi no llovió más, por lo que se llegó a diciembre con rendimientos muy bajos.
Parecido a 2023
En esta campaña hay alguna semejanza con aquella, aunque, según Estévez, este año las recargas son mayores, por lo que, aunque llueva poco en los próximos meses, el trigo podrá desarrollarse sin déficits hídricos, al menos hasta la primavera.
“Con que lluevan 10 o 15 milímetros en julio o agosto es suficiente. Más adelante se va a precisar más agua”, señaló. Lo que genera preocupación en torno a esto es que los pronósticos anuncian un regreso del fenómeno La Niña, aunque de características moderadas.
“Igualmente, La Niña no significa que no vaya a llover, sino que va a haber precipitaciones por debajo de lo normal”, aclaró el ingeniero de la Cooperativa de Granjeros. Asimismo, señaló que este año no se vieron muchos productores que apuesten a cultivos alternativos al trigo, como la cebada.
Por otra parte, dijo que, pese a lo avanzado del año, aún quedan por cosechar algunos lotes de maíces sembrados en forma tardía. Según dijo, lo que se espera en esos casos es que bajen las condiciones de humedad.
Quienes ya cosecharon estos cultivos que se sembraron hacia fines de noviembre o comienzos de diciembre han tenido rindes de los más dispares, en muchos casos afectados por la falta de lluvias y las temperaturas extremas que se dieron allá por finales de enero y la primera quincena de febrero.