Lucas Báez fue el mejor argentino

El atleta internacional de nuestra ciudad, Lucas Báez, intervino nuevamente este domingo en una de las competencias pedestres más prestigiosas del mundo, el 50° Maratón de Berlín, en el que compitieron miles de corredores de todo el mundo que se prepararon para completar y disfrutar de una de las citas más convocantes y prestigiosas.
Para completar el duro recorrido en un circuito callejero plano y rápido, Lucas cronometró un tiempo de 2 horas 21 minutos 12 segundos para ubicarse 83° en la clasificación general, 77° entre los varones y duodécimo en la categoría de 35 a 39 años. Además, fue el mejor argentino ubicado en la prueba “Fue una carrera única. Qué lindo que sos Berlín. Volvería siempre a tus calles, a tu ciudad. Seguís siendo mi top 3 de las Majors y hoy lo seguís confirmando”, manifestó después de la competencia.
“Vine en 2016 a vivir por primera vez esta distancia, el maratón –agregó–. Con incertidumbre y varios miedos, me animé igual e hice 2 horas 46 minutos 34 segundos. Volví después de 8 años y ya tengo once maratones en la boina. Más seguro. Con más experiencia y ya conociéndote”.
Este domingo, el chacabuquense no solamente representó a Chacabuco en esta nueva edición de la dura prueba de 42 kilómetros, sino que llevó consigo el espíritu de esfuerzo y superación que lo ha acompañado desde sus comienzos, con su boina y pasión, dejando en alto sus raíces y demostrando que el running es mucho más que un deporte: es un estilo de vida.
Báez se convirtió en una figura emblemática de las carreras, no solo por su habilidad atlética, sino por la boina que siempre lleva consigo, un símbolo de sus raíces en Chacabuco. En los últimos años, recorrió el país y el mundo con sus participaciones en distintas carreras, tanto en la calle como en la montaña.
Luego de participar en el Medio Maratón de Buenos Aires, decidió enfocar toda su preparación en uno de sus grandes objetivos: el Maratón de Berlín, una de las competencias más prestigiosas del calendario internacional de pedestrismo.
Con ese objetivo, viajó a un lugar legendario para los corredores: Kenia –el epicentro del atletismo mundial– para realizar la parte final de su preparación, país que es conocido por entrenar a los mejores fondistas del planeta.
De esta manera, Lucas Báez tuvo la oportunidad de mejorar su rendimiento y, sobre todo, experimentar un crecimiento personal. Kenia no solamente lo ayudó a mejorar su resistencia física gracias a los 2.300 metros de altitud y los duros circuitos que desafían tanto el cuerpo como la mente, sino que también le permitió conectar con una vida más simple.