Suele decirse que la gente tiene la mala costumbre de morirse, y un amigo nuestro siguió al pie de la letra ese principio, como seguramente nosotros lo haremos en cualquier momento.
El DNI decía Luis Osvaldo Ventimiglia, era el benjamín del grupo, pero como desde la infancia le decíamos Patito, ya estábamos a punto de olvidarnos de su nombre legal.
Hay una máxima de circunstancia (y de dudosa veracidad, sobre todo cuando alguien muere): es la que afirma que hay personas a las que quiere “todo el mundo”. Pero Patito realmente rompió la regla. Podemos decir sin temor a equívocos que era receptor del cariño de cualquier habitante de este planeta e incluso de otros, si pudiéramos efectuar una constatación.
El tipo vivía riéndose y contagiando alegría y optimismo, pero no ese estado de ánimo bobo y sin contenido ni argumentos. Supo reconstruirse varias veces, hasta llegar a ser eximio comerciante y pescador, y constructor de una familia maravillosa.
Fue uno de los más inteligentes del grupo, aquella impar Promo 80 del Colegio Nacional, de pibas y pibes tan capaces como atorrantes, en la cual era ideólogo de las tropelías más audaces, pero cuando las tropelías eran divertimentos en los que la inocencia y la travesura le ganaban por varios cuerpos a la mala intención. A tal punto que hasta los profesores y nuestra recordada y querida rectora Dorita Pietranera hacían fuerza para contener la risa.
Hasta el último día de clases de aquel lejano/cercano 1980 estuvo haciendo de las suyas, con un par de acciones que generaron la hilaridad de todo el Colegio y aún hoy son recordadas en los asados de la banda inoxidable a la cual le faltan ahora dos baluartes: Patito y el Fofa Cuozzo.
Los chicos contemporáneos tienen otros códigos, otras costumbres, otras herramientas para aprender. Pero tenemos la esperanza de que tengan los mismos parámetros de amistad, de unión y de lealtad para sostener secretos y sanas complicidades, como hace casi 45 años ostentábamos con orgullo los sesentones de ahora.
Esa misma lealtad que seguimos conservando en nuestros corazones, en los que primero le hicimos un hermoso lugar al Fofa y ahora le hacemos un gran espacio a Patito, ese niño eterno que nos representa a todos.
Promo 80 Colegio Nacional